Francamente, no sé qué pensar de ese afán silenciador que ha acompañado las noticias sobre el cese al fuego. Perdí la cuenta de la cantidad de comentarios que he leído en redes sociales en los que unos exhortan a otros a no opinar al respecto del proceso de paz porque no son víctimas. Están los detractores, los que lo acusan de ser un proceso que llevará a la impunidad y que, entonces, nos acusan de que "es muy fácil decir esto o aquello, vivir una fantasía, cuando tu y tu familia no han sido víctimas". Pero de este lado, entre quienes nos permitimos creer que este inicio de la paz es mejor que la continuación del conflicto a pesar de la imperfección de las negociaciones, tampoco estamos mejor y hemos jugado exactamente con el mismo argumento: "es muy fácil ser enemigo de la paz desde la comodidad de tu apartamento, detrás de la pantalla del computador, cuando tu no has puesto los muertos".