Recetas libreras
Supongo que es porque al comenzar el año, justo después de “bajar de peso” y “ hacer ejercicio”, la gente escribe en sus propósitos “leer más” - tal vez, ante una alineación perfecta del cosmos uno que otro escribirá “leer mejor”-. El caso es que en este último par de semanas he visto hasta que los ojos se me cansaron miles de posts pidiendo recomendaciones sobre libros. Unos muy creativos, por cierto: con caricaturas, dibujitos, letricas lindas o citas célebres incluidas. Lo no tan creativo en la mayoría de los casos fueron las respuestas que estos posts recibieron. Estoy segura- eso sí, no me pregunten cómo ni porqué - que en una triste y abrumadora cantidad esas respuestas recomendaban libros cuyo recomendador jamás ha leído (con dificultad habrá leído la contracubierta del libro, por mucho lo vio entre los más vendidos de Amazon.com). Para ellos estas palabras: no sean infames, recomendar un libro sin haberlo leído es como recomendar un remedio casero sin haberlo probado. Es decir, un remedio cuyos efectos usted desconoce por completo, un remedio del que no sabe cómo ni para qué funciona. Como con los remedios caseros, puede estarle recomendando a su amigo una cosa de la que ni siquiera se acuerda bien cómo funciona. “Sí eso es como que una cucharadita de leche de magnesia, a eso le agregas los cristales de sábila licuados y la cáscara sagrada. O no me acuerdo si era leche de magnesia licuada y una cucharadita de sábila.” Felicitaciones, acaba de mandar a su amigo querido a la sala de urgencias con deshidratación severa. Con los libros pasa igual. Son recetas libreras que ayudan a curar diferentes dolores y, sobre todo, diferentes preguntas. Si usted nunca se ha curado con un libro pues es porque esta leyendo los libros equivocados, o porque debe replantearse su propósito de año nuevo y cambiar ese “más” por un “mejor”. En cualquier caso, recomendar un libro sin leerlo es todavía peor que leer un libro equivocado, usted podría ser la causa de una indigestión mental severa.
Ya que estoy tan criticona entonces porqué no recomiendo al menos alguito que me haya leído, no? Bueno, porque en realidad pienso que no debe ser así. Recomendar un libro requeriría conocer los padecimientos del otro, o al menos sus preguntas irresueltas. Y eso no es algo de lo que todo el mundo vaya hablando por ahí. De hecho, la mayoría de las veces es algo que no es contable porque simplemente no hay palabras para poderlo explicar. Lo que sí podría intentar es contar un poquito sobre la forma en que algunos de los libros que leo me curan a mí y, sobre todo, cómo me curan mis preguntas y me enferman con nuevas y mejores preguntas. A quien le interese eso es lo que puede encontrar en esta sección.